lunes, 17 de mayo de 2010

¿Y qué pasó con las imágenes armadas?



¿Cómo reconocer al enemigo? le reconoces porque es violento (alza la voz o usa mayúsculas; blasfema o introduce graves faltas ortográficas), te insulta, miente, se regodea en tu malestar y procura por cualquier medio tu destrucción, tanto física como espiritual.

En muchos ambientes nos estamos acostumbrando a escuchar, leer o ver los insultos del enemigo. Algunas veces nos tienta y hasta llegamos a comportarnos groseramente, como él.

¿Cómo poner fin a esto? Jesucristo es nuestro modelo: EL no peleó, ni huyó, pero provocativamente les mostró el absurdo de la violencia; puso la otra mejilla. Además también EL nos dice "Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque EL hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos" (Mt 5, 44ss).

Ya han transcurrido algunos días desde que conocimos del irrespeto cometido contra imágenes veneradas en nuestro culto católico: el Nazareno y Nuestra Señora de Coromoto. Hemos sido insultados los creyentes en nuestro sentimiento religioso. No ha habido ningún gesto de desagravio. Debemos reparar esta falta. ¡Vayamos a pintar ese mural!





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