viernes, 7 de mayo de 2010

Defendamos nuestra Iglesia



La Iglesia no se limita a los consagrados ni a la cúpula o jerarquía eclesiastica. Iglesia somos todos los bautizados que, como pueblo de Dios, somos convocados (de aquí el nombre de iglesia) para completar la misión de Cristo en este mundo. Dios, por serlo, no necesita ninguna representación, de allí que haya venido personalmente, humanizado como Jesús, para terminar de revelarnos el plan de salvación. Sin embargo, conociendo de antemano la naturaleza humana si quizo establecer un esquema de autoridad muy claro; de allí la jerarquía; de allí el Papa. Este último, sería el único al que pudieramos llamar representante; sólo a éste le fueron dadas las llaves. Aunque la persona no fuera santa, santo es el cargo, porque santa es la misión, encomendada por el Santo de los santos.
Muchos claman estos días por cambios en la Iglesia. La Iglesia cambiará, como lo ha hecho antes, para ser más transparente, para comunicar mejor, para prevenir y curar las propias enfermedades más eficientemente. Pero en cuanto a su doctrina, sustentada en la Palabra y alimentada por el Espíritu Santo, podemos afirmar una vez más que cielo y tierra pasarán, pero esta prevalecerá.


No hay comentarios.:

Publicar un comentario