Lc 21,5-11 nos enseña lo efímero que puede ser todo lo bello que se encuentra en el mundo. Todo pasa. Las cosas que un día fueron, ya no son; lo que ahora nos causa admiración llegará un día en que no quedará rastro de ello. Lo único que permanece es Dios. Es lo único que no cambia, que no muta (P. Ernesto María Caro; www.evangelizacion.org.mx). Este blog es sobre aquello que nos ocupa o nos impresiona; sobre reflexiones e ideas; sobre lecciones para vivir y morir en paz.
miércoles, 27 de abril de 2011
Hijo mío
Hijo mío,
que estás en el mundo,
desde siempre conozco tu nombre.
Abreme tu corazón,
para mostrarte el camino, la verdad y la vida.
Deja a cada día su mortificación, pero hoy recibe mi Gracia.
Mi misericordia es infinitamente mayor que todas tus ofensas,
pero que sea tu medida cuando perdonas a quienes te ofenden.
Aférrate a mi para que no caigas en la tentación,
ni el mal te haga su esclavo.
Tu sabes que te amo.
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