miércoles, 23 de junio de 2010

Carta para una amiga desconocida






Hola Amiga,

No te conozco en persona y anticipadamente me disculpo contigo por estas líneas que no me has solicitado. Te invito a leerlas con amplitud, incluso siendo benevolente con mis errores de apreciación.

En tus comentarios de los días recientes puedo percibir que vas como en una "montaña rusa"; unos días eufórica y otros deprimida. Esto puede señalar diversas cosas, entre ellas que tal vez tiendes a sentir decepción por lo que te rodea, ansiedad insatisfecha.

Considera esta primera idea. De todas las posibilidades y combinaciones que podian darse, en el preciso momento, tu fuiste concebida. No podía ser ni antes ni después, sino no serías tu; sería otra persona. Porque cada persona es una combinación única e irrepetible de cuerpo y espíritu. Y aquí estás, ganadora de una loteria cósmica y parece que te estás complicando en descifrar lo que debes hacer con el único premio: la VIDA.

Y puede que te preguntes que cómo es que tienes el único premio, si cuando llegaste ya habían en el mismo lugar unos 5 billones de "ganadores", sin contar los que ya habían pasado por aquí. Primero que nada, es el único premio porque no había ningún otro. La alternativa era no haber existido, para no estar en la memoria de nadie. En segundo lugar, es verdad, parece que somos muchos, pero piensa en cuantos trillones nunca fueron y nunca serán.

Todo esto te lo digo para que consideres lo siguiente: ahora que estás aquí VIVA, ¿de que se trata esta VIDA?. Si fuera como tu dices, que Dios no existe, nuestra existencia sería triste y sin más sentido que el que tiene la vida de un gusano. Pero te tengo buenas noticias: ¡Dios Si Existe!. Mira a tu alrededor y contempla su creación. Mírate al espejo y contempla, una vez mas, su creación.

Hay algo en tu corazón que te impulsa a buscarlo, respondiendo a su llamado. Si no cómo explicas ese interés tuyo por lo espiritual, aunque en tu búsqueda te distraes con el budismo o con la nueva era. Tu postura agnóstica, en el fondo es solo eso: postura. Quieres proyectar una imagen irreverente, ruda.

Sabes que la existencia de Dios no es producto de la imaginación febril de unos fanáticos. El se hizo hombre hace dos mil años para revelarnos "El Camino". Seguramente sabes lo qué es un mártir: es ese que por defender su FE, es decir aquello en lo que cree, es capaz incluso de dejarse matar. Los martires cristianos abundan. ¿sabes por qué? porque ellos son testigos, incluso presenciales, de la resurrección del Hijo de Dios.

Te menciono la resurrección porque es clave para entender nuestra vida en este mundo. Afortunadamente no se trata de reencarnaciones en otros cuerpos, incluso de animales, para regresar siempre a este mundo. Eso sería terrible. Se trata de que Dios tiene para nosotros algo mejor en otro mundo (otra dimensión, como tu le dices).

Entonces el premio de la vida que tenemos en este mundo solo es como una antesala, una preparación. Así como tu vas al cole y a la universidad con la ilusión o el objetivo de graduarte de algo, en esta vida nos debemos graduar en santidad. Para lograrlo enfrentamos muchas pruebas. Una de ellas tiene que ver con el uso que damos a la libertad que tenemos. La libertad se nos da para hacer el bien, SIEMPRE. Cierto que si así lo queremos también la podemos usar (incorrectamente) para hacer el mal, pero ya no sería libertad sino algo degradado: libertinaje (pecado). Otra prueba destacada es la obediencia, que logramos cuando nos vaciamos de nosotros mismos, cuando somos humildes y buscamos discernir y observar la voluntad de Dios en lugar de insistir en hacer nuestra voluntad.

Pero no me malinterpretes. Con estas líneas no pretendo hacer proselitismo del cristianismo. Solo trato de compartir contigo mi visión de la vida y solo puedo explicarla desde mi FE. Es mi intento de darte una mano. Y tal vez no es mi mano y simplemente soy un instrumento.

Seguiré orando por ti. Soy tu amigo.


P.D.:


Algo puedes tener por cierto. No para que te sirva de consuelo, sino para que lo tomes como algo que hay que aprender a confrontar y vivir. Todos pasamos por pruebas mientras peregrinamos en este mundo. Unas más duras, otras menos.

Nosotros, los cristianos, tenemos a Jesucristo y a los santos. Nos sirve contemplar su vida como ejemplo para superar nuestros propios sufrimientos. 



Cuando veo a Jesús, en la cruz y coronado de espinas, le digo:


Ciertamente eres Rey; 
con tu corona de espinas eres el Rey de todos los que sufren y padecen; 
eres nuestro Rey; 
concédeme tu gracia Señor, 
para que yo pueda imitarte en tu humildad y paciencia y, 
de este modo, pueda vivir con la cruz que me ha tocado; 
por ti la acepto Señor y 
te ofrezco todo mi sufrimiento para mi redención y 
la de todos mis hermanos y hermanas.


Share |

No hay comentarios.:

Publicar un comentario