viernes, 18 de junio de 2010

Ruega por nosotros





Madre Bendita,
Madre Bienaventurada,
Madre de Dios y
Madre nuestra,
toma nuestras plegarias en tus manos y
llévalas al cielo como si fueran incienso perfumado,
a la presencia de nuestro Señor,
para que ÉL las reciba como si fueran tuyas,
tal como ocurrió ante tu ruego intercesor
por los novios de aquellas bodas de Caná.



Imagen de María Reina (Madre del Rey), en la Déesis (plegaria o súplica en nombre de la humanidad). Parte del políptico de la adoración del Cordero Místico, pintado por los hermanos Van Eyck (1432) para el Altar Mayor de la Catedral de San Bavón, ciudad de Gante, capital de Flandes Oriental, Bélgica.


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