(Cf. Ef 3, 14-21)
Padre Celestial, Dios Nuestro,
de quien procede toda paternidad en el cielo y en la tierra,
conforme a los tesoros de tu bondad,
concédenos que tu Espíritu nos fortalezca interiormente
y que Cristo habite por nuestra fe en nuestros corazones.
Y así, arraigados y cimentados en tu amor,
podamos comprender con todo el pueblo de Dios,
la anchura y la longitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo,
y experimentemos ese amor que sobrepasa todo conocimiento humano,
para que así quedemos colmados con la plenitud misma de tu Ser.
A ti, que con tu poder actúas eficazmente en nosotros,
que puedes hacer infinitamente más de lo que le pedimos o entendemos,
te sea dada la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús,
por todas las edades y por todos los siglos.
Amén.
podamos comprender con todo el pueblo de Dios,
la anchura y la longitud, la altura y la profundidad del amor de Cristo,
y experimentemos ese amor que sobrepasa todo conocimiento humano,
para que así quedemos colmados con la plenitud misma de tu Ser.
A ti, que con tu poder actúas eficazmente en nosotros,
que puedes hacer infinitamente más de lo que le pedimos o entendemos,
te sea dada la gloria en la Iglesia y en Cristo Jesús,
por todas las edades y por todos los siglos.
Amén.
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