Lc 21,5-11 nos enseña lo efímero que puede ser todo lo bello que se encuentra en el mundo. Todo pasa. Las cosas que un día fueron, ya no son; lo que ahora nos causa admiración llegará un día en que no quedará rastro de ello. Lo único que permanece es Dios. Es lo único que no cambia, que no muta (P. Ernesto María Caro; www.evangelizacion.org.mx). Este blog es sobre aquello que nos ocupa o nos impresiona; sobre reflexiones e ideas; sobre lecciones para vivir y morir en paz.
lunes, 7 de marzo de 2011
Yo no te olvidaré
- «El Señor me abandonó, mi Señor se ha olvidado de mí».
- ¿Se olvida una madre de su criatura, no se compadece del hijo de sus entrañas? ¡Pero aunque ella se olvide, Yo no te olvidaré!
(Is 49, 14-15)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)