¡Oh Cristo Jesús! Os reconozco por Rey universal.
Todo lo que ha sido hecho, ha sido creado para Vos.
Ejerced sobre mí todos vuestros derechos.
Renuevo mis promesas del Bautismo,
renunciando a Satanás, a sus pompas y a sus obras,
y prometo vivir como buen cristiano.
Y muy en particular
me comprometo a hacer triunfar,
según mis medios,
los derechos de Dios y de vuestra Iglesia.
¡Divino Corazón de Jesús!
Os ofrezco mis pobres acciones
para que todos los corazones
reconozcan vuestra Sagrada Realeza,
y que así el reinado de vuestra paz
se establezca en el Universo entero. Amén.
(Imagen: Tomada de portada de libro publicado por Editorial Testimonio. Oración: Autor anónimo)