sábado, 22 de marzo de 2008

El reto de religar el ser

Una tarde cualquiera dos amigos se reunieron una vez más para conversar de esto y aquello. Ambos en la medianía de la edad. Uno de ellos más científico y el otro más humanista. Se saludaron como siempre, preguntando por la familia y reconociéndose los cambios ocurridos desde su reunión anterior. Conversaron un breve rato sobre el país y los pronósticos. Cuando este tema ya declinaba, uno de ellos pregunto al otro:

– ¿Qué somos?.
– El amigo, sorprendido, atinó a decir - ¿Pero qué pregunta es esa? - e inmediantamente, siguiendo la corriente, respondió - cada uno de nosotros es, individualmente, un ser.
– Pero, ¿Cómo lo sabemos?.
– Bueno, cuando menos hay un cuerpo para probarlo y la mente en la que discurren estas ideas.
– ¿Y eso es todo?.
– Okey. Los estudiosos de la mente afirman que hay dos niveles, uno racional y otro emocional. En lo racional podemos calcular, deducir, resolver, diseñar y, en general, funcionar en nuestro mundo material. En lo emocional somos sensibles ante lo que nos rodea, bueno o malo, bello o feo. Nuestras respuestas y acciones resultan de nuestros razonamientos y emociones, pero también de lo que pueda hacer el cuerpo.
– Bueno, pero según lo dicho hasta ahora seguimos siendo cuerpo y mente, solo que ahora detallado como cuerpo, razón y emoción. Al fin de cuentas solo materia y energía. Para el cuerpo no hay que explicar mucho. Están allí la carne, los huesos y los fluidos, palpables, para probarlo. En cuanto a la mente ha sido más difícil, pero igual se ha demostrado que esencialmente es química y electricidad. Si solo somos materia y energía, entonces de algún modo hemos existido desde el principio porque, según sabemos, ni la materia ni la energía se crean o destruyen, solo se transforman.
– Es así, estamos hechos de una sustancia que se ha recombinado innumerables veces. Llega a ti cuando ingieres alimentos y cuando respiras. Vuelves a entregarla completamente cuando mueres.
– Pero quiero insistir ¿es eso todo?, ¿es nuestro ser simplemente materia y energía?.
– Ya creo saber por dónde va esta conversación, pero primero establezcamos algo: nuestra mente muchas veces nos parece prodigiosa cuando es capaz de crear o descubrir cosas que son, por decir lo menos, asombrosas.
– Pero también debemos decir que nuestra mente aún tiene grandes limitaciones que, por una parte, son nuestras propias taras y, por otra, nuestra incomprensión de aún bastante de lo que nos rodea.
– De acuerdo, pero regresando a tu inquietud, debemos decir que está bastante extendida la idea de que nuestro ser, además de cuerpo y mente, es decir, además de materia y energía, es también espíritu. La aclaratoria que hacía hace breves instantes es para orientar nuestra disertación e intentar establecer si somos capaces de determinar si el espíritu es una creación de nuestra mente o, por el contrario, un descubrimiento.
– Claro, pero también debe establecerse un margen para la duda razonable; ¿contamos ya con todos los elementos para afirmar contundentemente que se trata de una cosa u otra?; si no podemos dar una respuesta aún, estaríamos ante un misterio, algo que no podemos explicar todavía.
– Puede ser, pero para progresar en nuestro discurso debemos proponernos un método que podamos aceptar ahora, para luego facilitar la aceptación de los resultados y conclusiones. Digamos, por una parte, que para que algo pueda llamarse descubrimiento tiene necesariamente que haber existido antes que fuera conocido por nosotros y que hemos llegado a descubrirle gracias a que observamos indicios o manifestaciones que, una vez exploradas, dieron como resultado tal descubrimiento. De este modo hemos descubierto los continentes, los astros, otros seres, los elementos, la radiación y todo aquello que hoy forma parte de nuestro conocimiento.
– Vale, puedo estar de acuerdo con esta definición.
– Bien, de modo similar podemos decir que un invento es todo aquello, previamente inexistente y desconocido, que construimos nosotros a partir de lo que conocemos para poder dar respuesta a nuestras propias necesidades. En esta definición caben los medios de locomoción, los medios de comunicación, la medicina, la literatura y tantos otros útiles con los que nos rodeamos y servimos hoy para nuestra comodidad, seguridad y supervivencia.
– Muy razonablemente también concuerdo con esta definición. Es más, creo que las dos propuestas que has hecho son muy parecidas o su frontera es muy delgada. La única diferencia significativa estriba en nuestro nivel de conciencia de la existencia previa para que le llamemos descubrimiento o invención. Y aclaro, con esto no quiero decir que el avión ya existía antes que fuera inventado, pero si debemos concordar en que el avión es, en esencia, la mecánica del vuelo y que ésta existe incluso desde antes que las aves pudieran volar. Si decimos que hemos inventado el espíritu, también debemos decir que la necesidad que nos ha conducido a esto puede ser también interpretada como una manifestación o indicio de algo que aún no podemos medir objetivamente, debido a que nuestros instrumentos actuales solo sirven para medir materia o energía.
– Desde el punto de vista científico no hay mucho que pueda decir para objetar tu argumento, pero me gustaría ponerlo a prueba en otro terreno. En el campo literario hay toda una rama a la que denominamos ficción y que abarca desde los cuentos de hadas hasta inverosímiles historias de otros mundos. ¿Pudiera decirse que el espíritu es una invención proveniente del campo de la imaginación o de la fantasía?.
– Pues, esta prueba no es tan difícil como parece. La literatura es el reflejo de lo que somos o de lo que podemos ser. En el caso que pudiera parecer más difícil, si revisamos los cuentos de hadas, notaremos el patrón de la lucha entre el bien y el mal, el final feliz o el final triste, así como los personajes correspondiendo con prototipos o estereotipos. En su mayoría son cuentos morales que suelen tener un trasfondo histórico y que, en no pocos casos, incluyen una crítica o una sátira a la sociedad reinante del momento en que fueron escritos. Con esto subrayo el hecho de que la supuesta fantasía de la que se trata este tipo de literatura no está divorciada a priori de la realidad de su tiempo. Incluso en Alicia en el país de las maravillas, la historia está llena de alusiones satíricas, en forma de animales parlantes, de aquellas personas conocidas por el autor. Todo lo dicho hasta ahora puede aplicarse también a la literatura sobre mundos futuros y distantes. La búsqueda es la misma, solo que se incluye la máquina y la tecnología, énfasis en la materia y la energía, como un factor determinante de lo que puede ocurrir si dejamos de ser humanos. Y me pregunto entonces ¿qué nos hace humanos más allá de la materia y la energía?.
– Vaya, creo que nos has conducido a un punto de duda en donde es razonable decir que este asunto del espíritu es, cuando menos, un misterio para el que no podremos aún conseguir una respuesta definitiva que satisfaga a todos. Como científico no puedo decir que hemos descubierto algo porque no tenemos como demostrarlo. Tampoco puedo decir que sea pura invención porque, como tú lo has dicho, nuestra necesidad de inventarle puede ser una manifestación de algo que aún no podemos explicar, al tiempo que tal invención puede ser una parábola o una hipérbole de nuestra realidad. Creo que al menos podremos coincidir en esto. Supongamos una vez más que, en efecto, somos cuerpo, mente y espíritu. ¿Puedes explicarme las razones de tu inquietud? ¿Por qué insistes en este asunto de si solo somos materia y energía?.
– Bueno, la respuesta puede ser más o menos simple. Tengo necesidad de creer que es así. Y tú me conoces, sabes que siempre he sido muy intuitivo. Pero también, por mi formación, tiendo a racionalizar mucho. Cuando me doy una respuesta no puede ser “si porque si” y tampoco “no porque no”. De allí todo este debate contigo. Al menos sobre este tema, luego de esta conversación me sigo diciendo “es posible”. Todo lo demás es un acto de fe.
– Y no crees que todo esto puede provenir de tu emotividad y que, particularmente, en este momento de tu vida eres más sensible a estas cosas.
– Por supuesto que esa es una posibilidad. Quiero decir, es verdad que mi perspectiva emocional es más sensible en este momento. Pero no creo que nuestro ser espiritual sea lo mismo que nuestro ser emocional. Eso nos dejaría siendo solo materia y energía. Particularmente necesito creer que somos más que solo eso.
– Y dices que solo la necesidad te lleva a esto. ¿Necesidad de qué?.
– Te pudiera decir que es la necesidad de trascender y de formar parte de algo mucho más grande. Pero esto ya se explica solamente por el hecho de que la materia y energía que tomamos prestada durante nuestras vidas nos trasciende y forma parte de un balance universal, de una constante cósmica. A esto pudiéramos llamarle vocación trascendental y unificadora de la materia y la energía. Pero es algo más. Siento que es una especie de vocación paralela de ser libre de la materia y la energía que, por pura lógica, no puede provenir de estas. Es lo que me lleva a pensar que hay algo más que materia y energía. Hasta que consiga una mejor explicación le llamo espíritu.
– Entiendo. Pero, ¿Qué valor o uso práctico tendría todo este ejercicio? ¿Qué pretendes lograr si te convences a ti mismo que tu ser se compone de cuerpo, mente y espíritu?.
– Toda esta racionalización me conduciría a procurar conscientemente la armonía de todo el ser, consigo mismo y con algo que es más grande que él. El alimento saludable para el cuerpo proporciona la mejor materia para su construcción y, con esta materia, la energía requerida para su funcionamiento. En cuerpo sano, como dice el dicho, la mente sana. La mente también debe ser alimentada, tanto para el razonamiento libre que te lleva a la convicción, como para la ética que te lleva a ser sensible y solidario. La lectura y práctica de los valores y principios elevados, alimentan al espíritu. Lógicamente no puedes alimentar a un componente de tu ser y a otro no. Ni tampoco dar buen alimento a uno y al otro no. Debes alimentar a todos por igual con el mejor alimento, el más sano. Esta armonía es como religar cosas que han estado dispersas o desatendidas. Es volver a ser uno y todo a la vez.
–Amigo, lo que dices suena muy noble, pero también suena a utopía.
– Ciertamente, Amigo, pero el mismo futuro de nuestra sociedad es ya una distopía. No perdemos nada con intentar salvarnos de este modo.

Y más o menos así terminaron este asunto en la reunión de aquella tarde. Entre amigos no conviene llevar las cosas más lejos de lo que las pueden llevar.